PSICOLOGÍA COMUNITARIA
integrantes del grupoERIKA ELIANA ARIAS
MARITHZA DURAN DIAZ
LINA FAINORY SUAREZ
LINDA MAYERLI MORENO
MODELO
DEL CAMBIO SOCIAL
PROPOSITO
El propósito del modelo
del Cambio Social es promover la transformación del entorno social para
reajustar sus funciones y dar un espacio a todos sus miembros en función de la
integración. Los propósitos del cambio social radical llevan a un énfasis
desmedido en los aspectos sociales, que llevan a una disminución de la
valoración psicológica, una sobredimensión del rol de psicólogo, viéndolo como un
transformador de sistemas sociales lo que lleva a que sus principios teóricos
tengan grandes dificultades aplicativas.
ALCANCE
El objetivo o alcance del
modelo del cambio social es sustituir una "costumbre social" por otra
considerada como deseable y benéfica para el grupo, tanto por el agente social
del cambio como por los sujetos objetos de este cambio. Es alcanzar que los
individuos o miembros de una comunidad tomen un conjunto de acciones para ser
transformadas por otras; el logro es la sustitución de un conjunto de acciones
por otras compartidas socialmente en relación a un fenómeno social" y es
sobre las implicaciones éticas de dicho cambio.
LIMITACIONES
El cambio social no se da
en cualquier situación de grupo pequeño: es solamente en un contexto de
dirección democrático. Esto implica la participación de todos sus miembros en
la planeación, discusión y elaboración de la tarea o resolución del problema
planteado. La participación en todo el proceso permite al individuo
comprometerse públicamente y en su mundo privado, en una situación compartida
socialmente con aquellos que forman parte del grupo pequeño.
AUTORES
Lippit y Cols., (1958)
señalan que el cambio planificado se origina en la decisión de esforzarse
deliberadamente para mejorar un sistema disfuncional, con la ayuda de un agente
externo. Por lo tanto, el cambio planificado no sólo es considerado posible
sino también necesario.
Biesanz y Biesanz (1958)
señalan a las siguientes premisas como principios generales que gobiernan el
cambio social:
La predisposición al cambio. Ciertos subsistemas
son más permeables al cambio que otros. De esta manera, existe normalmente
predisposición para aceptar unos cambios y no otros. Por ejemplo, estamos
naturalmente inclinados a aceptar con cierta facilidad nuevos avances de la
ciencia médica o las siempre cambiantes sugerencias que nos hacen las
corrientes de la moda internacional.
La difusión. Entendida como un proceso a
través de los cual ciertos grupos humanos pudieron llegar a conocer las
elaboraciones culturales y las experiencias de cambio de otros grupos humanos.
La crisis es un facilitador del cambio. Se
dice que las innovaciones son aceptadas con mayor facilidad cuando el grupo en
cuestión se encuentra atravesando un período de crisis o desorganización
social.
La aceptación del cambio tiene un sentido
pragmático. Los nuevos elementos culturales deben demostrar su eficacia antes
de que sean plenamente asimilados por el grupo.
Los aspectos consagrados de la cultura
suelen oponerse al cambio. La fuerza del cambio merma cuando la propuesta entra
en conflicto con los intereses consagrados de la cultura. Por ejemplo elementos
sociales que soportan prácticas religiosas, rituales, fiestas patronales, etc.,
que se mantienen merced a la fuerza de los valores, creencias y atribuciones de
la gente.
Innovaciones en un subsistema facilitan la
asimilación del cambio en otros subsistemas. La adopción del cambio en un
subsistema puede constituirse en un facilitador si sus efectos pueden
trascender a otros ámbitos o componentes del sistema.
Todo individuo es portador de una cultura
y los cambios se canalizan por su intermedio. Invariablemente, los cambios son
introducidos en la comunidad a través de los individuos, penetrando así en su
cultura.
El cambio social es posible sólo en el
marco de las sociedades humanas. Al parecer, el cambio es una constante social
al extremo de permitir afirmar que lo único permanente es el cambio mismo.
Moore (1963) piensa
que el desequilibrio en un sistema social "dispara" una serie de
acciones orientadas a restaurar el equilibrio original. El autor describe las
siguientes fuentes de desequilibrio: a) imperfecciones en la adaptación del
hombre a su entorno, lo que le produce malestar y le sirve al mismo tiempo de
estímulo para generar cambios tecnológicos; b) inconsistencias en las tasas de
crecimiento y desarrollo entre distintos elementos de la estructura social y
sus componentes funcionales; y c) disparidades ente el comportamiento
esperado según el sistema de valores prevalecientes y el comportamiento real.
El aporte del modelo de Kurt
Lewin desde la Psicología Social, es mostrar que esta ciencia da luces
sobre cómo lograr los cambios sociales a través del grupo pequeño y con un
estilo de democracia participativa.
(Escalante y Miñano,
1982) identifican el cambio social con la noción de progreso, entendida
como evolución sociocultural.
Barabba y Zaltman
(1991) resume las condiciones que deben tomarse en cuenta para implantar
exitosamente el cambio en las organizaciones: Habilidades, informaciones, valores, circunstancias, tiempos, obligaciones,
resistencia y rendimiento.
MODELO
ESTRÉS PSICOSOCIAL
PROPOSITO
Fortalecer el trabajo
comunitario dar respuesta al que hacer de los psicólogos comunitarios y buscaba
establecer la diferencia entre la psicología comunitaria y la Psicología
clínica, de acuerdo a esto el rol del Psicólogo Comunitario está orientado a la
prevención primaria del estrés psicosocial, de tal manera que se evite la
presencia de estado patológicos mentales o sociales. En tanto que el clínico
actúa con posterioridad sobre las manifestaciones patológicas que se producen
por el estrés, el comunitario debe implementar acciones que “instalen” en los
miembros de la comunidad recursos de índole psicológica, material o social
(factores protectores del estrés psicosocial) que permitan en situaciones
futuras afrontar o inhibir las demandas que se generan en un contexto
psicosocial.
ALACANCE
Se centra como
generador de la psicopatología individual y social, sus lineamientos desconocen
los factores estructurales de la sociedad que determinan los acontecimientos
vitales, centrándose en la problemática individual, aunque sus intervenciones
se realizan a nivel grupal, el modelo desconoce la dinámica de las comunidades.
LIMITACIONES
• En el marco
organizacional, Riger (1993, citado por Martín) encontró que aunque la
psicología comunitaria se ha beneficiado de las teorías y métodos de la
psicología organizacional, los valores y perspectivas de esta última difieren
de los de la psicología comunitaria (el bienestar de las personas), siendo
adecuado adaptar estos procedimientos metodológicos a la aplicación en
Comunitaria
• Refieren que un único
modelo ecológico y que su desarrollo metodológico no ha seguido el mismo ritmo
(González).
• En cuanto al marco de
acción o cambio social el modelo decayó al no poder demostrar sus actuaciones.
AUTORES
Se destacan que autores
como Heller, 1989 así como Levine y cols. 1990 (citados por González) afirman
que éste es el más difundido en la Psicología Comunitaria, siendo para
Serrano-García y Álvarez como el que mejor presenta la interdependencia
persona-ambiente a todos los niveles, lo que lo convierte en el modelo más
generalizable.
Nelly (1979, citado por
González) así como los de Serrano-García y Álvarez (1992, citados por González)
en lo que respecta a la intervención, basándose en principios ecológicos a
saber: a) Interdependencia de los elementos del sistema, destacando su
interacción dinámica en el tiempo, b) Adaptación, que para Serrano-García y
Álvarez, congruencia entre las capacidades de las personas y las exigencias del
medio. c) Sucesión o evolución (requiere de estudios longitudinales), d)
Recursos cíclicos o de procesamiento de recursos (uso de acuerdo a las
demandas).
MODELO
DE BIENESTAR DE LIN Y ENSEL
Los Psicólogo N. Lin y W.
Ensel., fueron continuadores de los postulados del estrés psicosocial. Para
estos autores, el estrés puede señalarse en tres entornos: (1) Social, (2)
Psicológico, (3) Fisiológico. Para sustentar sus planteamientos propusieron dos
teorías complementarias: la teoría del Afrontamiento y la Teoría de la
inhibición del distrés.
En el centro de este
modelo podemos encontrar el apoyo social como recurso fundamental del bienestar
psicosocial de las personas. La estructura está en relación directa con las
fuentes de apoyo social las cuales tienen una correlación entre el individuo y
su realidad cotidiana. Estas denotaciones establecen variables objetiva del
apoyo.
Lin y Ensel señalan tres
(3) estratos: uno externo y más amplio en el cual la persona establece apoyo
social, se identifica y participa con otras personas de la sociedad. En ella el
individuo hace parte de organizaciones informales (asociaciones, grupos
cívicos, grupos de autoayuda, etc.), actuando de forma voluntaria. Un segundo
estrato, más próximo al individuo, son las redes sociales (familiares, amigos,
vecinos del barrio, compañeros de trabajo o estudio) en las cuales se
establecen vínculos afectivos importantes y se denotan lazos profundos hacia
los otros. El último nivel es aquel en el cual la persona establece el más
íntimo contacto con aquellos que son significativas para sí mismo, en donde los
sentimientos de compromiso se profundizan y se determinan un amplio sentido de
responsabilidad y deseo de bienestar del otro. (pareja, hijos, padres,
hermanos, amigos íntimos y en algunos casos compañeros de trabajo.
Las relaciones sociales
implican una percepción por parte del otro, acerca del apoyo que ha recibido
(dimensión subjetiva). Y este sentir la “ayuda” del otro hace que la persona
que recibe el apoyo tenga una visión positiva de la asistencia. No es la
cantidad de relaciones de apoyo que se tengan sino la calidad y la percepción
positiva que se tenga de ellas. “En este sentido, Turner (1983) y más
recientemente Wen, Hawkley y Cacioppo (2006) concluyen que el elemento
fundamental no es la mera inserción objetiva en una red social densa, sino la
existencia de una red de relaciones con un significado de apoyo emocional,
informacional y material percibido por el sujeto.” (Buelga, 2009, 69).
Dentro de los procesos de
las relaciones con los demás y el establecimiento de diferentes redes, el apoyo
social presenta dos funciones esenciales: (1) Instrumentales, (2) expresivas.
Las primeras se caracterizan, en el marco de las relaciones sociales, por ser
un medio para alcanzar metas a través de una ayuda material o un servicio:
consecución de un empleo, préstamo de dinero, cuidado de un familiar. En las
funciones expresivas las relaciones sociales son un fin y un medio por medio de
los cuales el ser humano comparte sus sentimientos, manifiesta sus
experiencias, expone los pensamientos propios, expresa los sentimientos de
sentirse cuidado, valorado, querido, etc.
Señala E. Gracia, el
papel preponderante de la función expresiva del apoyo social en el bienestar
físico, social y psicológico de las personas y resalta como su ausencia puede
generar en las personas alteraciones de la salud.
Dadas las características
de esta comunidad “la maria”, es recomendable aplicar el modelo de Bienestar de
Lin y Ensel, por medio de él es posible proporcionarle el apoyo
social como recurso fundamental del bienestar psicosocial de las personas. Las
relaciones implican una percepción por parte del otro, acerca del apoyo que ha
recibido (dimensión subjetiva). Y el poder de sentir la “ayuda” del otro hace
que la persona que recibe el apoyo tenga una visión positiva de la asistencia.
No es la cantidad de relaciones que se tengan sino la calidad y la percepción
positiva que se tenga de ellas. Tuner (1983) y Wen, Hawkley y Cacioppo (2006),
concluyen que el elemento fundamental no es la mera inserción objetiva en la
red social densa, sino la existencia de una red de relaciones con significado
de apoyo emocional, informacional y material percibido por el sujeto “(Buelga,
2009, p 69).
MODELO EMPOWERMENT
Refleja
no sólo los valores sobre los que se sustenta la intervención comunitaria sino
que es una teoría que proporciona unos conceptos y unos principios que sirven
para organizar el conocimiento sobre el objeto de la disciplina. Empowerment
muestra el interés por proporcionar protagonismo en la vida social, tanto de
los individuos como de las organizaciones y las comunidades. Una de las
primeras consecuencias de esta forma de analizar los problemas es cómo se
manejan los valores de los participantes y cómo se trabaja con la diversidad
cultural, puesto que aquí el objetivo no consiste en asimilar a las personas a
sistemas de valores mantenidos por los profesionales o por la sociedad. De lo
que se trata, precisamente, es de buscar conjuntamente espacios de acción y
reflexión que permitan restaurar o alcanzar el protagonismo, organizaciones y
comunidades, independientemente de sus valores y creencias.
“La intervención
no pretende eliminar los déficits o las debilidades de los individuos sino que
desde una acción preventiva se busca promover y movilizar los recursos y
potencialidades que posibiliten que las personas, los grupos o las comunidades
adquieran dominio y control sobre sus vidas” (Buelga, 2007).
El modelo de
Empowerment considera que las problemáticas sociales se deben principalmente a
la distribución desigual de recursos. La delincuencia, la drogadicción no son
el resultado de patologías o desviaciones individuales sino que se entienden
como un problema social que se origina y mantiene por una distribución desigual
de los recursos, sean éstos materiales, sociales o psicológicos (Musitu y Buelga, 2004). Rappaport
(1977, citado en Buelga, 2007), en la
creación de este modelo, pone el énfasis en tres componentes básicos del
empowerment: la ciencia social, la
acción política y el desarrollo de recurso.
La ciencia social es lo que garantiza un
adecuado conocimiento de la realidad social. La intervención social, se
encamina a la resolución de los problemas sociales originados, la mayoría, por
una distribución desigual de los recursos materiales y psicológicos (Zimmerman,
2000 citado en Buelga, 2007). La ciencia social necesita para este fin de la acción política, que crea las
condiciones sociales que permiten actuar sobre el entorno social que necesita un
desarrollo de recursos (Rappaport, 1981, 2005citado en Buelga, 2007).
La perspectiva del empowerment
Adoptar la
perspectiva del empowerment conlleva a la aceptación y asunción de ciertos
valores, que expresan metas, objetivos y estrategias para la implantación de
cambios efectivos inherentes a la práctica de la psicología comunitaria. El
empowerment es un enfoque diferente para desarrollar las intervenciones y crear
cambios sociales. El cambio social se
define como una modificación significativa de la estructura de un sistema
social de modo que supone la alteración de los sistemas normativos,
relacionales y teleológicos (fijación de metas) que los gobiernan y que afectan
a la vida y relaciones (horizontales y verticales) de sus miembros. La
acción política. Para un sector numeroso de la población, la ayuda mutua es más
valiosa y beneficiosa para mejorar su bienestar que una ayuda profesional que
desde una posición externa intenta satisfacer sus necesidades.
En
definitiva, tanto la psicología comunitaria como en concreto el enfoque del
empowerment se caracterizan por su componente proactivo, positivo y preventivo.
Más allá de buscar una solución a los problemas presentes centrándose en los
déficits o debilidades, se intenta buscar y movilizar los aspectos positivos,
esas fuerzas que, potenciadas por el propio grupo o sistema social, permiten
mejorar su calidad de vida y bienestar.
Empowerment
y diversidad cultural
El
enfoque del empowerment defiende como principios básicos no sólo una
potenciación de los recursos o la necesidad de adoptar una visión ecológica sino
también el derecho de las personas a ser diferentes. Por tanto, la diversidad
es otro de los principios asumidos por el empowerment. Relacionado con este
principio, se aboga también por la relatividad cultural. Aceptar los principios
de relatividad cultural implica comprender cómo las personas construyen su
realidad, es decir, cómo organizan e interpretan el mundo en el que viven, su
vida cotidiana. El ser humano, el grupo, la sociedad, están inmersos en un
mundo de objetos y de relaciones cuyo significado emana fundamentalmente del
modo en que han sido definidos por aquellos con quienes se ha interactuado. El
profesional debe iniciar un proceso de
toma de conciencia de su propia cultura, es decir, debe observar y estar atento
por qué se hace lo que se hace, para comenzar así, a tomar conciencia que
nuestras formas de vida, por familiares que nos resulten, son sólo nuestras y a
menudo experimentadas y vividas de forma diferente y con otros significados
para la gente de otros lugares, incluso muy cercanos a los nuestros. Asumir
nuestro propio etnocentrismo (la centralidad de nuestra cultura) nos permite
asumir que lo que hace el otro es tan normal -por raro que nos parezca- como
cualquier cosa habitual para nosotros.
Como
decían Thomas y Thomas (1) a finales de los años veinte: si los hombres definen
a las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias. Comprender y
respetar este acuerdo intersubjetivamente compartido por los miembros de una
comunidad, hacerse partícipe de la diversidad y de la relatividad cultural
promoviendo una distribución más equitativa de los recursos supone, desde la
perspectiva del empowerment, la adopción de un modelo de colaboración entre el
profesional y la comunidad. Este modelo de colaboración define en realidad el
rol del profesional. Éste no actúa como experto y consejero utilizando su
autoridad desde una posición unilateral para realizar un diagnóstico del
problema que le permita conseguir el compromiso de la comunidad en las acciones
del cambio. Rechazado este modelo de experto, así como un modelo de ayuda
paternalista, se aboga por un modelo de colaboración basado en el diálogo
horizontal con la comunidad. El
profesional aprende acerca de los participantes por sus culturas, sus visiones
y sus conflictos cotidianos, trabaja con éstos para la determinación de los
objetivos en un clima de confianza y de respeto mutuo, compartiendo con éstos
la información que se va generando. En este sentido, la elección de un lenguaje
es fundamental. El lenguaje que se emplea tradicionalmente para describir los
procesos de ayuda, potencia inconscientemente la dependencia de las personas, y
crea una visión en la que las personas son clientes que precisan de una ayuda
de naturaleza unidireccional. Este lenguaje según Rappaport, limita el
descubrimiento de recursos y potencialidades y reduce la posibilidad de que las
personas se ayuden entre sí. Un acercamiento al enfoque del empowerment
sustituye términos como cliente y experto por participante y colaborador. En definitiva, se debe optar por un lenguaje
que transmita a los sujetos la oportunidad que tienen para potenciar sus
propias habilidades y para controlar/ movilizar sus propios recursos,
prescindiendo totalmente de expresiones en las que los sujetos perciban que son
objeto de ayuda o que se les va a proporcionar servicios y recursos.
Empowerment y rol
profesional
La
investigación acción Desde una perspectiva epistemológica, este rol del
profesional supone la ruptura del binomio clásico de sujeto y objeto de
investigación. Aquí, todos son sujetos y objetos de investigación, tanto el
profesional como los participantes forman parte de un sistema social en el que
se genera un conocimiento basado en un proceso de influencia mutua. Esta situación
permite crear una agenda compartida para descubrir comprender y facilitar los
procesos de transformación que demanda la comunidad. En realidad, la esencia de este proceso se
encuentra en la adopción del modelo de acción social propuesto originalmente por
Kurt Lewin (2) y desarrollado por sus colaboradores. Este modelo es el de
investigación-acción. El enfoque del empowerment y la psicología comunitaria
reconoce la valía del modelo de investigación-acción; un modelo que facilita el
tratamiento de los problemas sociales de forma científica y realista. Es
investigación porque con rigor científico se realiza un proceso de estudio de
la realidad o de ciertos aspectos de ésta. Es acción porque se orienta a la
resolución de problemas específicos. Conocer la realidad es importante, pero
aún lo es más transformarla con el objeto de resolver determinados problemas
sociales.
COMPARACION MEDIANTE NIVELES
Nivel organizacional El
empowerment a nivel organizacional implica centrarse en un tipo concreto de
organización: las organizaciones ciudadanas o sociales, que incluyen tanto organizaciones
políticas como apolíticas –al menos en sus criterios fundamentales. Estas
últimas organizaciones (objeto de interés de la teoría del empowerment)
comprenden a su vez a organizaciones de defensa de los derechos de los
trabajadores (sindicatos) y a organizaciones de promoción de los intereses
ciudadanos.
Nivel comunitario
Como hemos señalado anteriormente, una comunidad potenciadora actúa según los
mismos principios que una organización potenciadora, en el sentido de promover
un espacio real de encuentro para que sus miembros puedan participar en los
asuntos que les interesan o afectan. Ahora bien, ¿cuando se considera que una
comunidad está fortalecida?
Una comunidad está
fortalecida cuando:
•
Sus miembros tienen las aptitudes, la motivación y los recursos suficientes para
realizar acciones que mejoran la vida de la comunidad - comunidad competente- .
•
Identifica eficazmente sus necesidades, y tiene la capacidad de desarrollar
estrategias adecuadas para la resolución de sus problemas.
•
Hace esfuerzos por mejorar la comunidad, proporciona oportunidades para la
participación ciudadana, tiene capacidad de acción ante situaciones que
considera injustas o ilegítimas.
Conclusiones
El
Modelo Empowerment en Psicología Comunitaria, lo es todo. Y lo es todo porque
abarca desde el individuo a la comunidad, y desde las acciones que potencia
hasta las personas, organizaciones y comunidades potenciadas. El punto de vista
del empowerment es, por tanto, el punto de vista de la Psicología comunitaria.
Y entre sus principales preocupaciones destacan la diversidad cultural, los
diferentes sistemas de valores y creencias y la tolerancia hacia la diversidad.
Pero, además, es el profesional quién primero pone en práctica la asunción de
la diversidad de los valores y lo cual tiene implicaciones no sólo en las
relaciones entre personas, organizaciones y comunidades con diferentes
culturas, sino también en participantes de la intervención y profesionales con
diferentes valores. Este último punto ha sido frecuentemente olvidado en la
práctica de los profesionales de la salud y constituye uno de los principios
básicos del empowerment.
El
Modelo Empowerment en Psicología Comunitaria es estar de igual a igual con la
comunidad, es un aprendizaje mutuo y de empoderamiento de los participantes,
donde el resultado es una capacidad instalada para la búsqueda de la solución a
sus problemáticas.
Bibliografía:
·
Referencia del trabajo Musitu, G. &
Buelga, S. (2004) Desarrollo Comunitario y Potenciación. En G. Musitu, J.
Herrero, L.Cantera y M. Montenegro (Eds.), Introducción a la Psicología
Comunitaria, (pp. 167-195). Barcelona: UOC
Disponible en: files.pcomust.webnode.cl/200000033-3d1bc3e155/Empoderamiento.docx
·
Texto recomendado por el tutor: Desarrollo
comunitario y potenciación (empowerment), Gonzalo Musitu & Sofía Buelga
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